martes, 27 de octubre de 2009

Reassamblage

“Reassamblage” de Trinh T. Minh Ha

A través de los ojos de una mujer,  una mirada lejana de los estereotipos y la discriminación a la vida de las mujeres en la zona rural de Senegal. Una perspectiva etnográfica que no busca cazar los rasgos distintivos de las tradiciones y de la cultura, sino el papel del sexo femenino en sociedad fuera de su lugar como ama de casa y del limitado papel que la sociedad le ha concedido.

Por primera vez, nos centramos en el objetivo como tal, viendo una imagen de la mujer nunca antes vista. Trinh T. Minh Ha pensó en lo que no se ve, en lo que no sabemos ver. Generalmente en un documental situado en una sociedad etnográfica en donde los roles están perfectamente bien limitados, buscamos toparnos con las realidades que se repiten una y otra vez en varios documentales, una sociedad machista, también primitiva que mantiene un régimen estricto implementado por anos enteros que ha mantenido la armonía de sus habitantes, pero en donde cada persona realmente no es libre , sino mas bien se apega a una estructura que facilita la convivencia en general, una fórmula que ha funcionado para ellos por anos enteros.

Pero a pesar de esta gran barrera a destruir , en donde vamos predispuestos al escenario que se nos va a presentar, Minh Ha, da un giro a la historia, toma a su personaje central, la mujer y la coloca dentro de su misma sociedad en un plano de libertad de apertura en donde por primera vez será capaz de manifestarse no bajo la personalidad que el mundo cree que tiene y las pocas cualidades que se le atribuyen , sino como ser inconfundible y vital de la vida y la existencia de su sociedad. La separa del hombre que la hace ver, como sombra de sí mismo, la coloca no como pareja sino como individuo Logra ser vista y reconocida desde el mismo nivel de donde se mira a su sexo opuesto.

La mujer no solo es madre, sino que vive para querer cuidar y educar a sus hijos. Papel bastante desprestigiado por el hombre aquí y en China, no es un deber sino un privilegio de la vida, construido solo para ella.

La mujer no solo es ama de casa, sino mantiene el orden, armonía, la estabilidad dentro de las actividades cotidianas que el hombre cree controlar con su fuerza y su irracionalidad, convirtiéndose en un único héroe de esta historia, me encantaría pensar lo que harían sin su mujer al lado. La mujer no solo es el elemento fundamental de ejemplo, identidad y moral en la vida de sus hijos, sino también la gran influencia que determinara el existir de una descendencia digna que busca la preservación de su grupo. Ese hombre cazador, señor de su Tierra, hombre de toda palabra, fue algún día hijo de una madre a quien debe mucho más de las cualidades y valores que cree.

La mujer no solo es objeto de sexualidad, sino el elemento vital a nivel físico para la existencia de la raza humana, la única capaz de dar vida a sus sucesores. La mujer no es solo mediadora, sino inteligencia sensible que trae las ideas más fantasiosas o peligrosas de otros al piso, otorgando a las palabras la capacidad de poder convertirse en realidad, actos verídicos y visibles que no solo quedan en ideas que navegan para luego desvanecer.






 

Me gusta este documental, me intriga y me enorgullece. Entender el papel femenino en un ambiente tan difícil, tan conservador y mejor aun poder desenterrarlo y eliminar el juicio en el espectador llevándolo solo y únicamente por ese camino, alejándolo de ver las cosas burdas, que se nos han planteado como verdades únicas, me parece un don extraordinario. Una cámara que acompaña y más que eso, que se toma el tiempo de observar a través de encuadres que aparentan no hablar en un principio, pero que poco a poco en conjunto comienzan a articular las ideas más recónditas y más bellas, que se camuflajean en la obviedad de lo cotidiano.

Es como si con cada toma, partiera el objeto y lo rearmara, descontextualizándolo de su concepto original, otorgándole un nuevo significado, que tristemente siempre ha existido por debajo de la imagen como tal y que no logramos percibir, o más bien nos conviene no percibir. La presentación del cuerpo y de la rutina, comprendidas a través de la poesía, en donde a pesar de encontrarnos frente a la imagen bajo la que siempre pensamos y juzgamos por instinto, en ningún momento podemos ver o entender otro significado más que el estado puro de su misma naturaleza. El cuerpo pierde el elemento sexual y se convierte en un modelo artístico y de admiración. La cámara contempla con gusto y con detenimiento cada movimiento, cada arruga, cada imperfección enriquecen mas a la imagen que va a detrás de la estética humana, antes que de cualquier inferencia de otro tipo.

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